Cuatro estilos de diseño eficaces para presentaciones
A la hora de preparar tu presentación hay multitud de elementos que debes tener en cuenta: el tema, el público al que vas a dirigirte, la información que necesitas transmitir, las imágenes y fotografías que vas a incluir, etc. Para que todo esto quede unido con coherencia y armonia y tu mensaje consiga calar en tu audiencia, deberás acertar con el estilo que elijas. En este post vamos a hablar de los estilos de diseño más efectivos para tu presentación.
¿Qué es el “estilo” de diseño?
Cuando hablamos de estilos de diseño, nos referimos a cómo vas a usar los diferentes elementos (gráficos y textuales) para transmitir tu mensaje a tu audiencia. Se trata de una serie de características morfológicas definidas para los diferentes elementos que componen una pieza de comunicación. Por ejemplo, aquí puedes ver las diferencias entre un estilo Memphis y uno minimalista en cuanto a uso de colores, formas o elementos ornamentales:
El estilo juega un papel muy importante en nuestras exposiciones. Debemos definirlo incluso antes de elegir una plantilla. Así podrás centrar mejor la búsqueda y te será más fácil tomar una decisión al respecto.
Cómo elegir el estilo de diseño
Hay que tener en cuenta diferentes aspectos. Uno de ellos es el público al que te diriges. Piensa en sus características, edad, intereses, motivaciones… ¿Se trata de una presentación para directivos o de una clase para niños de Primaria?
Otro factor es el objetivo de la misma. ¿Persigue un fin pedagógico, de resumen de resultados, de desarrollo de estrategia? Esto también te puede ayudar a decantarte por un estilo u otro.
En el caso de presentaciones profesionales hay que tener en cuenta la propia personalidad de la marca. Hay empresas que se destacan por su tono más desenfadado con toques de humor. Mientras que hay otras son más formales y serias en su comunicación.
Te presentamos cuatro estilos de presentación efectivos para que tengas un buen punto de partida.
Estilo creativo
Ideal para los que buscan un impacto visual diferente y original, siempre teniendo en cuenta los aspectos de las nuevas tendencias. Son muy versátiles, por lo que puedes aplicarlo para diferentes tipos de presentaciones.
Te aportarán dinamismo y un matiz casual, divertido e incluso inspirador. Suelen tener colores llamativos y tipografías de gran grosor. Es común el uso de letras que imitan la escritura a mano. Además, emplean multitud de recursos visuales e imágenes con los que captarás enseguida la atención de tu público y te asegurarás de que no han visto nada igual antes.
Es perfecto para guías y tutoriales. Además, puedes aplicarlo para planificadores de tareas y como agenda. Otro uso sería para propuestas y tesis que necesiten un toque diferenciador, y para presentaciones educativas para niños y adolescentes.
También puedes usar el estilo creativo para crear un CV y portfolio originales. Te destacarás entre otros candidatos, especialmente si te dedicas al campo de la creatividad y lo artesanal.
Estilo elegante
Usar un estilo elegante te garantizará transmitir sofisticación y un toque distinguido a tus presentaciones. Es perfecto para presentaciones profesionales que requieren de un estilo más formal y un tono más distanciado. Te ayudará a transmitir responsabilidad y eficacia, además de servir para reforzar el concepto de exclusividad y lujo.
Prevalecen los tonos neutros (blanco, gris, negro), dorados y pastel. Las tipografías suelen ser de trazo fino y limpio, y las imágenes de recurso más comunes son las líneas finas y los motivos florales.
Elige el estilo elegante si tu audiencia tiene un perfil de directivo o gente de negocios. También puedes aplicarlo para temas médicos o legales que requieren de más sobriedad.
Los planes de negocios son también perfectos para aplicar este estilo. Especialmente si tienes que presentarlos a instituciones o bancos para conseguir lanzar tu proyecto.
Lo mismo ocurre si tienes una agencia y quieres presentar tu propuesta de plan de marketing a tu cliente. Con este estilo transmitirás profesionalidad.
Por último, te lo recomendamos también para tus newsletters corporativas; es una buena forma de informar a tu público interno y externo con clase.
Estilo vintage
El estilo vintage es de los más reconocibles. Nos transportan décadas atrás y nunca pasan de moda. Suelen usar tonos crema, beige y marrón. Y con él puedes darle un aire clásico a tu presentación.
Las tipografías vintage suelen tener bastante fuerza e imitan la caligrafía antigua, con letras curvas, trazos largos, texturas metálicas y detalles decorativos.
Este estilo de diseño incluye fondos con cierto ruido; texturas de relieve que transmiten sensación de artesanía. Y las imágenes tienen pocos colores, son naturales y poco exageradas pero con bordes llamativos.
Es un estilo magnífico para aplicar a clases o tesis de historia y geografía. También puedes usarlo para presentaciones de negocios relacionados con el arte y la historia, para transmitir calidad, nostalgia y apelar a las emociones, como el ejemplo de esta librería:
Si te dedicas al arte es también idóneo para explicar diferentes estilos, como el art nouveau.
Estilo cartoon
Es el más informal de todos. Tiene un tono desenfadado, incluso con cierto toque de humor, gracias al uso de diferentes tipos de doodles e ilustraciones de estilo caricaturesco, con formas exageradas que recuerdan a las clásicas viñetas de periódico.
Son plantillas muy visuales, que enseguida captan la atención del público. Por eso se usan mucho en presentaciones para niños en edad infantil, como clases de Preescolar o Primaria.
En las presentaciones de marketing aportan un plus de originalidad y un toque divertido que hace que sea más cercana. Fíjate en este ejemplo de plantilla de tesis sobre redes sociales.
No dudes en usar este estilo para destacar tus presentaciones y hacerlas inolvidables.
Por último, recuerda que en Slidesgo tienes un sinfín de plantillas para Google Slides y PowerPoint, 100% editables y disponibles que puedes filtrar por estilos. ¡Echa un vistazo e inspírate!