Cómo usar animaciones para vida a tus presentaciones
Si vivieras en el mundo de Harry Potter, seguro que querrías que en la civilización muggle hubiera periódicos mágicos que se movieran por sí solos. Eso los haría más interesantes y las noticias tendrían aún más gancho.
Esta misma idea puede aplicarse a las presentaciones con animaciones, y es exactamente de lo que vamos a hablar hoy.
Vamos a ver las ventajas que tienen las animaciones y te daremos tres consejos muy útiles que te servirán para crear presentaciones con animaciones.
¿Por qué deberías usar animaciones en una presentación?
Si se hacen de manera correcta, las animaciones pueden llegar a ser una herramienta muy potente para quien está haciendo la presentación, ya que pueden incluso influir en la reacción del público.
Las animaciones le dan chispa a una presentación normal y corriente, por lo que hacen que la experiencia sea más dinámica. De todas maneras, hay que usarlas sabiamente, ya que no siempre son un comodín infalible.
Veamos primero las ventajas de añadir animaciones a las diapositivas.
Captan la atención del público
Una de las principales ventajas que ofrecen las animaciones es que captan la atención del público y hacen que este preste atención a aquella parte de la presentación que le interese al orador.
Echa un vistazo a la siguiente diapositiva animada sobre milestones (hitos):
En vez de hacer que los cuatro hitos se muestren de una sola vez, cada uno de ellos va apareciendo paulatinamente, lo que hace que el público no pierda de vista la pantalla.
Al ir mostrándose poco a poco, el público no se distrae con aquellos puntos a los cuales el orador aún no ha llegado. Y, en cierta manera, esto también ayuda a que se cree expectación ante lo que está por venir.
Desde el punto de vista del orador, las animaciones le sirven de indicador visual y contribuyen a que la presentación fluya de manera más natural, guiándole poco a poco por el contenido.
Destacan información importante
Otra de las ventajas de las animaciones es que son insuperables a la hora de destacar datos muy relevantes. Una diapositiva estática no es capaz de llevar la mirada del público a un punto en concreto con la misma eficacia.
Si estás hablando ante un público que no conoce el tema que estás tratando, las animaciones pueden ayudarte a recalcar aquello que sea más importante.
Lo que acabamos de contarte es especialmente útil para profesores, ya que pueden valerse de esta herramienta para dirigir la atención de los alumnos hacia donde desee. Es una manera de conducir a los alumnos por el buen camino a lo largo de una clase o una lección para así garantizar que vean y comprendan los datos esenciales.
Comunican mensajes complejos
Hay ciertos mensajes que, por su naturaleza, se transmiten mejor con una animación antes que mediante una imagen fija.
Por ejemplo, fíjate en lo eficaz que puede ser una animación sencilla para proporcionar una cierta perspectiva.
Como ves, esta animación en la que se van revelando lugares poco a poco puede ser ideal para presentaciones de marketing, anuncios corporativos de aperturas de nuevas sucursales o incluso lanzamientos de productos en nuevos mercados.
Basta con añadir unos cuantos iconos y, créenos, es la mar de sencillo. Una manera muy fácil de ayudar al público a que vea la evolución o el impacto de nuevos productos en el mercado.
Consejos sobre cómo usar animaciones en una presentación
No cabe duda de que usar animaciones en una presentación siempre suma, nunca resta. Aunque crearlas no es para nada complicado, saber aplicarlas bien sí que tiene su intríngulis. Digamos que es «todo un arte».
Para ayudarte con esto, te ofrecemos a continuación tres consejos.
1. Busca el contexto adecuado
Lo primordial en el uso de las animaciones es encontrar el contexto idóneo para ello.
En el caso, por ejemplo, de una presentación de marketing o de negocios en la que haya diapositivas que anuncien la puesta en mercado de un producto o las nuevas adquisiciones corporativas, explicar estos dos conceptos puede resultar más eficiente si se usan animaciones. Incluso puedes utilizarlas en alguna diapositiva en la que se presenten las nuevas incorporaciones al equipo.
Las animaciones también deben usarse si estas facilitan la comprensión de datos o ideas de mayor complejidad.
En caso de duda, te dejamos la regla de las dos P: aplica animaciones a lo positivo y a lo que vaya a dejar a todos perplejos.
2. Busca el equilibrio
Puede resultar tentador usar animaciones en todas y cada una de las diapositivas, pero te recomendamos que, en vez de eso, las utilices con moderación.
Al igual que con el texto, si abundan las animaciones en una presentación, el resultado puede ser contraproducente. Así como una cantidad desmesurada de texto puede ser agobiante para el público (y seguro que se cansan de leer), agregar demasiadas animaciones hará que se distraigan y no presten la debida atención al orador y el mensaje que intenta transmitir.
Como norma general, te recomendamos que uses solo una animación por diapositiva para no recargarlas demasiado. Es más, intenta evitar pasar de una diapositiva con muchas animaciones a otra en la que no haya ninguna, ya que el cambio es muy repentino y poco elegante.
3. Busca la consistencia
Es importante mantener una consistencia en lo que respecta al tipo de animaciones que uses, sobre todo en aquellas que estén en la misma diapositiva.
Tal como vimos en el anterior ejemplo de la diapositiva sobre los hitos, si tienes una lista de cuatro elementos y has usado un efecto de fundido de entrada para el primer elemento de la lista, procura usar este mismo efecto para los restantes elementos.
Emplear una animación distinta tras otra es como hacer que el público se suba a una montaña rusa: no es lo recomendable. Hay que conseguir que el público se vaya de la sala con una buena impresión, no con un buen mareo.
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